Aprendiendo a enseñar
Por Ricardo Borda
En el pasado, el requisito básico y, frecuentemente, único para enseñar en una escuela de medicina era ser médico. Sólo recientemente se ha valorado la preparación en educación médica como fundamental. Esta nueva mirada ha sido el resultado de un proceso lento pero permanente en el tiempo que comenzó en 1910 a raÃz del Informe Flexner. Este reporte fue determinante en realzar la necesidad de exigir estándares mÃnimos altos como criterios de admisión para la carrera de medicina, de incluir cuatro años de ciencias básicas y clÃnicas en el curriculum y de que las escuelas de medicina formaran parte de una universidad. AsÃ, en 1935, la exigencia de estándares mÃnimos habÃa conducido al cierre de 89 escuelas de medicina en Estados Unidos de Norteamérica. Cabe mencionar que Abraham Flexner no era médico, sino educador.
Flexner propuso dos conceptos revolucionarios:
- Los fundamentos cientÃficos deben ser la base de la enseñanza de la medicina.
- La investigación clÃnica no debe ser un objetivo por sà misma, sino que debe servir a las necesidades del paciente.
En los últimos 20 años, el cambio dramático que se ha producido en el ambiente profesional, ha llevado a que la investigación sea tan compleja, que se hace imposible para los clÃnicos enseñar a la vez que investigan. Otro desafÃo es la presión continua que tienen los tutores clÃnicos para generar ingresos. De lo anterior resulta que los valores profesionales son enseñados y aprendidos en un ambiente que difiere mucho de lo que se enseña en cursos de ética y profesionalismo. Ya en el año 1920 Flexner comentó: “la medicina cientÃfica en Norteamérica, joven, vigorosa y positivista, tiene hoy en dÃa tristes deficiencias en el ámbito cultural y filosófico.1 Este fenómeno ha progresado en el tiempo, deteriorando aún más el impulso inicial de la profesión: el bienestar integral de los pacientes.
En la cultura actual de evaluación de calidad, el proceso de aprender y practicar medicina debe ser cotejado continuamente con estándares óptimos. La educación debe ajustarse a un mÃnimo de estándares globales, tales como los publicados por la Federación Mundial de Educación Médica (WFME). WFME ha establecido estándares mÃnimos y también más altos para mejorar la calidad de la educación en el pregrado, post grado y en el desarrollo continuo profesional.
Nuestro desafÃo en Latinoamérica es evaluar la aplicabilidad de estos estándares, implementando los cambios necesarios para lograrlos.
En la medida en que FRILA se desarrolla, esperamos propiciar la discusión de éste y otros tópicos de educación médica entre los educadores médicos latinoamericanos. Para facilitar esta discusión, continuaremos desarrollando diferentes vÃas de comunicación con la intención de diseminar la información y compartir estrategias de mejoramiento. Si Ud. quiere unirse a esta conversación, puede contactarnos vÃa correo electrónico a frila@faimerfri.org.
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1Flexner A. Medical education: a comparative study. New York: MacMillan, 1925.
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Enlaces
- Flexner, A. Medical Education in the United States and Canada: A Report to the Carnegie Foundation for the Advancement of Teaching. (The Flexner Report.) Carnegie Bulletin No. 4, 1910.
- Cook M, Irby DM, Sullivan W, Ludmerer KM. American Medical Education 100 Years after the Flexner Report. New England Journal of Medicine. 2006;355(13):1339-1344.
- Basic Medical Education – WFME Global Standards for Quality Improvement
- Postgraduate Medical Education – WFME Global Standards for Quality Improvement
- Continuing Professional Development (CPD) of Medical Doctors – WFME Global Standards for Quality Improvement